Lo primero de todo, tranquilidad. Tranquilidad porque es normal que en una clase haya un niño que muerde a otros. O varios. Sobre todo en los primeros años en los que manejar las emociones es mucho más difícil. Pero no te preocupes. A lo largo de este post, vamos a darte algunas claves para manejar esta situación de la mejor manera.
Al igual que a muchos padres les preocupa un niño que no juega con otros niños, el hecho de morder suele hacer saltar también bastantes alarmas. Es habitual. Ni va a ser el primero ni el último que lo haga. Así que paciencia y lo importante será afrontarlo de la mejor forma posible.
Como padres, ¿qué hacer con un niño que muerde?
El comportamiento de morder es común en niños pequeños, especialmente entre los 12 meses y los 3 años. Aunque puede preocupar a los padres y cuidadores, en la mayoría de los casos es una fase del desarrollo que se supera con el tiempo. Sin embargo, es importante manejarlo de manera adecuada para evitar que se convierta en un hábito. Existen varias razones por las que un niño puede recurrir a la mordida:- Exploración del entorno: Los bebés y niños pequeños usan la boca para conocer el mundo. Morder puede ser una forma de experimentar texturas y reacciones.
- Alivio del dolor: Durante la dentición, la incomodidad en las encías puede llevar a los niños a morder para calmar el dolor.
- Frustración o enojo: Si un niño no sabe expresar sus emociones con palabras, puede morder como una forma de liberar su frustración o llamar la atención.
- Imitación: Los niños aprenden por observación. Si han visto que morder genera una reacción, pueden repetirlo como parte de su aprendizaje.
- Búsqueda de atención: En algunos casos, morder es una forma de atraer la atención de los adultos o de otros niños.
¿Cómo actuar si un niño muerde?
Si tienes que afrontar la situación de un niño que muerde, aquí tienes algunos consejos para manejar la situación:- Mantén la calma y actúa con firmeza Es importante no reaccionar con gritos o castigos severos. En su lugar, dile con un tono firme pero tranquilo: "No se muerde. Morder duele." Esto ayudará a que el niño comprenda que su acción tiene consecuencias.
- Ayúdalo a expresar sus emociones Enseñar a los niños a comunicar lo que sienten es clave. Si muerden por frustración, aliéntalos a usar palabras como "estoy enojado" o "no me gusta eso". También puedes sugerirles otras formas de liberar sus emociones, como respirar profundamente o pedir ayuda a un adulto.
- Ofrece alternativas adecuadas Si el niño está en etapa de dentición, proporciónale mordedores fríos o juguetes seguros para morder. Esto puede ayudar a calmar la necesidad de morder sin lastimar a nadie.
- Refuerza el buen comportamiento Cuando el niño se comporte bien y exprese sus emociones sin recurrir a la mordida, elógialo con frases como "Me gusta cómo usaste tus palabras en lugar de morder." Reforzar las conductas positivas es más efectivo que castigar las negativas.
- Evita reforzar la conducta sin querer No conviertas la mordida en un juego ni te rías cuando el niño lo haga. Si ve que obtiene una respuesta divertida, puede repetir la acción para llamar la atención.