Errores al llevar a nuestros hijos a la guardería
Llevar a nuestros hijos a la guardería es un gran paso, tanto para ellos como para nosotros. Es el primer gran cambio en su rutina y el momento en que comienzan a socializar y aprender fuera del entorno familiar. Sin embargo, en este proceso es fácil cometer algunos fallos que pueden hacer que la adaptación sea más difícil de lo necesario. La prisa, la ansiedad o la falta de información pueden jugar en nuestra contra y hacer que la experiencia no sea tan positiva como debería. Uno de los principales errores al llevar a nuestros hijos a la guardería es no preparar emocionalmente a los niños para este cambio. Muchas veces pensamos que se acostumbrarán sobre la marcha, pero la adaptación es clave. Otro es transmitirles nuestra angustia: si nos ven nerviosos o tristes al despedirnos, lo más probable es que ellos sientan lo mismo y el proceso se vuelva más complicado. Además, encontrar o confiar en una buena guardería es también clave para que nuestros hijos se encuentren cómodos y sean capaces de adaptarse con mayor rapidez y naturalidad. 

Cuidado con estos errores al llevar a nuestros hijos a la guardería

  • No hablarles sobre lo que va a pasar: Insistimos. Es fundamental explicarles, en función de su edad, qué es la guardería y qué van a hacer allí. Si llegan sin saber qué esperar, pueden sentirse inseguros.
  • Hacer despedidas largas y dramáticas: Un adiós rápido y con seguridad ayuda a que los niños se sientan tranquilos. Si alargamos demasiado la despedida, pueden notar nuestra duda y sentirse más inseguros.
  • No respetar el periodo de adaptación: Uno de los errores al llevar a nuestros hijos a la guardería que más nos puede molestar. Algunas familias quieren que sus hijos pasen el primer día completo en la guardería sin una transición previa. Sin embargo, muchos centros recomiendan un periodo de adaptación progresivo para que el cambio no sea tan brusco.
  • No consultar sobre la rutina del centro: Cada guardería tiene su propio horario y métodos. Si no intentamos sincronizar en casa algunas rutinas como la siesta o la comida, el niño puede sentirse desorientado.
  • No confiar en los educadores: Atento a esto. Te va a ayudar mucho. Los profesionales de la guardería tienen experiencia en el cuidado infantil. Es importante confiar en su trabajo y mantener una comunicación fluida con ellos en lugar de estar pendientes de cada detalle o querer controlar todo el proceso.
Llevar a nuestros hijos a la guardería no tiene por qué ser un drama si lo hacemos con paciencia y confianza. Con la preparación adecuada y evitando estos errores, conseguiremos que su experiencia sea enriquecedora y que vayan con una sonrisa cada día.